martes, 8 de junio de 2010

Anecdota: dibujos

Con la venida del buen tiempo me ha dado por dibujar, una afición que se arraigo durante mi infancia. No soy ni de lejos un buen dibujante, pero siempre me ha gustado, aunque sea el coger un boli y enguarrinar una servilleta con caras grotescas, caras sin dueños. Como digo es una afición que me apareció durante mi infancia, como nos suele pasar a muchos en nuestras vidas, algunas aficiones infantiles las conservamos o las modificamos para que están más acordes a nuestros gustos adultos (aunque algunos no crecen, tengan 20, 50 u 85 años) como el futbol el coleccionar algo, etc. Como digo mis dibujos no son nada del otro mundo y son caras grotescas que recuerdan caricaturas o figuras alegóricas. Pues bien esta afición me trajo un buen día un pequeño mal entendido con un compañero de clase de Primero de la E.S.O. Estaba yo dibujando en una hoja, la hoja estaba ya abarrotada de hombres-Teteras, estufas con patines pilotados por bichos, zapatillas peludas con fauces, caras estrambóticas y un largo etc. Pues bien me dio por hacer en ese momento una cobra Real y para darle un toquecillo muy de mi gusto la hice que me sacase la bífera lengua, bien, muy, pero falta algo que tal amiga si te ponemos un flequillo. Y como la cobra no opuso reparos ante aquel look tan original y atrevido le puse el flequillo. Pero claro había tenido la insensatez de haber hecho los dibujos en clase y muchos compañeros lo habían visto. Varios de ellos le dijeron a otro que viese los dibujos y que se fijase en la cobra. Y cuando este vio la cobra, no vio a la cobra, se vio a él mismo reducido a una caricatura con cuerpo de cobra. El motivo de que se pensase de que la cobra y él se pareciese tanto, fue que como he dicho la cobra llevaba un flequillo que la hacía como que estaba rapada pero con un mechón de pelo en la cabeza, igualito que el. Vamos, ¿que si hubiese dibujado un hipopótamo con peluca, la conserje se tenía que haber sentido ofendida y si hubiese hecho un cuervo con un ancho bigote, Aznar me hubiese echado del país bajo la acusación de calumniar a su persona? Total que el muchacho se empeño en acusarme de que le había ridiculizado y me propino un golpe (para que demorar el asunto en demostrar que no, que si y yo que sé cuantas cosas más, hay que resolver las cosas como adultos, a mamporros) y me derribo y me arrojo al suelo, yo pues decidí que si me hubiese dejado explicarme me hubiese explicado con palabras hubiese ganado, pero como no había palabras pues a intentar pegar más mamporros o que no me pegasen más. En fin que el resultado fue que nos pillaron los profesores, nos mandaron a dirección y cuando el muchacho explico el motivo de la pelea, casi nos echan a patadas por semejante tontería. En fin en ocasiones lo más simple, la acción más limpia o tonta sin maldad puede causar un equívoco como me paso en aquella ocasión.

1 comentario: